domingo, 5 de octubre de 2008

LA PRESIDENTA Y EL MACHISMO

Diario "Crítica"
sábado 27 de septiembre de 2008

La Presidenta y el machismo
Mabel Bianco


La cultura imperante en nuestra sociedad valora en forma distinta a mujeres y hombres.
Los favorecidos son ellos, que son inteligentes, capaces, pueden ocupar todos los cargos políticos, en fin son los mejores.
Las mujeres vivimos inmersas en esta cultura, e incluso la perpetuamos muchas veces al educar a nuestros hijos e hijas. Somos prisioneras de esta cultura patriarcal y no todas pueden liberarse de ella.
Frases como la del secretario general de la CGT: "Con Néstor se habla mejor que con Cristina", cuando se refirió a la relación con la Presidenta, es francamente machista.
Tenemos que reconocer que estas críticas machistas a la Presidenta existen y son muchas. Pero frente a esto ¿qué hace ella?
Si bien se ha quejado por las críticas que por ser mujer le hacen, no ha dado muestras para que quienes no compartimos esa visión la defendamos.
Su gobierno no se caracteriza por adoptar políticas públicas para eliminar la desigualdad de las mujeres frente a los hombres. Una muestra de ello es el Consejo Nacional de la Mujer, que se ha desjerarquizado en el rango institucional y mucho más en el presupuesto, verdadero parámetro para evaluar las prioridades gubernamentales.
El consejo es un organismo prácticamente inexistente que no figura en los medios, ni en la vida real. Algunos podían ver en esto una virtud: "No merece críticas", el problema es que como no existe, ni críticas merece.
Digo esto con dolor, porque defiendo a nivel internacional y nacional la igualdad de las mujeres. ¿Cómo explicar en Naciones Unidas que, teniendo una Presidenta mujer, las políticas públicas para la lograr la igualdad de las mujeres no existen? Por eso deploro las críticas machistas, pero también reclamo políticas públicas para eliminar la desigualdad de las mujeres.

Moyano marcó diferencias en el matrimonio k. sus razones ocultas
"Era más fácil hablar con Néstor"
El jefe de la CGT sostiene que, tras el anuncio de arreglo con los bonistas, llegó el momento de saldar "la deuda social interna". Inflación, Ganancias y el caso Rucci, las principales discrepancias con el Gobierno.

27.09.2008

Juntos. Hugo Moyano es un aliado histórico de los Kirchner. Desde ese lugar privilegiado presiona por obtener mejoras.
"Era más fácil hablar con Néstor (Kirchner)", rezongó el jefe de la CGT, Hugo Moyano, para marcar las diferencias de trato entre el ex presidente y su sucesora y esposa, Cristina Fernández, con la central obrera.
La declaración del sindicalista, sumada a su demanda al Gobierno para que salde "la deuda interna" luego de los anuncios de pagos al Club de París y a los holdouts, pusieron al descubierto la renovada tirantez entre el Ejecutivo y la central obrera.
Esa tensión apunta a posicionar a la CGT en varios frentes de discusión hasta fin de año en temas clave, que involucran desde la política salarial, el impuesto a las Ganancias y la Ley de Riesgos de Trabajo, hasta el asesinato del sindicalista José Ignacio Rucci.Moyano dijo estar de acuerdo con el pago al Fondo Monetario, al Club de París y a los bonistas que quedaron afuera del canje, pero juzgó que ahora llegó el momento de "empezar a hablar del pago de la deuda interna, de la deuda social".
En esa línea, advirtió que los sindicatos tienen "autonomía" para negociar salarios en acuerdo con los sectores empresariales y agregó que "nadie puede negar que los precios aumentaron" a partir del conflicto con el campo.
El jefe de la CGT marcó sus diferencias con Cristina a la hora de negociar: "A veces era más fácil con Néstor, porque uno tenía más confianza, podía hablar con otro lenguaje. Con ella hay cosas que no digo que me ponga a discutir, pero algunos intercambios tenemos, eso es cierto", admitió.
Las diferencias entre la central obrera y el Gobierno pueden sintetizarse en algunos ejes:• Inflación: mientras Cristina acaba de hacer una enfática defensa del INDEC, para la CGT la única inflación válida "es la del supermercado". Los equipos técnicos de la organización traducen esa máxima en que el índice de precios no baja del 25% anual, y que para recuperar el poder adquisitivo los aumentos salariales no pueden ser inferiores a esa cifra.
La mayoría de los gremios que cerró sus paritarias a principios de año lo hizo en torno al 20%, y son los mismos que amenazaron con exigir la reapertura de las negociaciones. Entre ellos figuran los empleados de comercio, los encargados de edificios y los bancarios, además de los gremios que integran la opositora CGT Azul y Blanca, liderada por el gastronómico Luis Barrionuevo. Los mecánicos del SMATA pidieron 65% de aumento a las concesionarias.• Impuesto a las Ganancias: es el punto de mayor discordia.
El enojo de los sindicalistas es porque se mantuvo la polémica "tablita de Machinea". Y se agravó cuando verificaron que el proyecto de Presupuesto 2009 no incluía cambios en la tabla de deducciones. En una reunión reservada con el jefe de Gabinete, Sergio Massa, Moyano y la "mesa chica" de la CGT se lo reprocharon al funcionario.
Para zanjar las diferencias, se estudia un proyecto de ley orientado a reducir el peso del impuesto.
• Riesgos laborales: el Ministerio de Trabajo inició una ronda de consultas con la CGT, la Unión Industrial y la Unión de Aseguradoras (UART). Los sindicatos cuestionan que el Gobierno tenga previsto ponerle un cerrojo a la posibilidad de iniciar juicios civiles por los accidentes de trabajo. Otro punto de discordia es la propuesta de la cartera laboral de que la ANSES se haga cargo del pago de las indemnizaciones por accidentes ocurridos fuera del ámbito de trabajo (los denominados in itínere), cuando históricamente fueron las empresas las que asumieron esas contingencias.
• Caso Rucci: el pedido de desarchivar de la causa por el asesinato del líder metalúrgico es otro motivo de fricciones con el Gobierno. Mientras algunas investigaciones apuntan a la responsabilidad de la Triple A, otras, como el libro de reciente publicación Operación Traviata vuelcan la mirada hacia la organización Montoneros, en la que militaron funcionarios de la actual gestión.
Moyano exigió la reanudación de las investigaciones por considerar que se trató de un crimen de lesa humanidad, aunque esta semana el dirigente bajó el tono para reclamar "que se sepa quién fue".

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