viernes, 31 de octubre de 2008







Jueves, 30 de Octubre de 2008


Aldo Neri
integró el grupo más
cercano a Raúl Alfonsín y fue
parte de su primer gabinete.
CUANDO VOLVIMOS A VOTAR
ALDO NERI RECORDO LA INTIMIDAD DEL TRIUNFO ELECTORAL

“Alfonsín estaba seguro de que ganaba”

El ex ministro de Salud y Acción Social estuvo entre los pocos que esperaron el resultado junto al ex presidente. Fue uno de los primeros que le acercó datos de la victoria. Sus recuerdos de aquel 30 de octubre de 1983 y de los días de campaña.


Por Santiago Rodríguez

Cuando Aldo Neri conoció a Raúl Alfonsín a principios de los ’70, ni siquiera era radical y no se le cruzó por la cabeza que una década más tarde compartiría en la intimidad su triunfo electoral. Menos aún, imaginaba que aquel 30 de octubre de 1983 sería uno de los primeros en transmitirle a Alfonsín que estaba ganando en la mayor parte del país porque de casualidad atendió el teléfono de la quinta de Boulogne, donde aguardaron el resultado de las elecciones y un periodista le pasó el dato. “Se lo veía tranquilo y preocupado al mismo tiempo; no estaba muy conversador, sino más bien callado”, relató a PáginaI12 quien fuera el primer ministro de Salud y Acción Social tras el retorno a la democracia. Neri evocó, además, varios tramos de la campaña y recordó que lo más emotivo fue el multitudinario cierre en la 9 de Julio.

–¿Dónde estuvo usted el 30 de octubre de 1983?
–No recuerdo dónde estuve al principio del día, pero sí que a cierta hora fui con mi mujer a la quinta en Boulogne donde estaba Alfonsín y nos quedamos ahí a esperar los resultados.
–¿Quiénes estaban?
–Estaba la familia de Alfonsín, los hijos, los más íntimos; me acuerdo de algunos: Bernardo Grinspun, Raúl Borrás...
–O sea los integrantes del grupo más cercano a Alfonsín.
–Sí, del grupo original, digamos.
–¿Qué otros estaban en ese grupo?
–Germán López, Jorge Roulet. Algunos años después se incorporó Dante Caputo. En los ’70 nos reuníamos semanalmente con Alfonsín; era una especie de gabinete de discusión de temas políticos.
–¿Dónde se juntaban?
–Al principio, en el living del departamento de la mamá de Alfonsín, que es el mismo donde él vive ahora. Nos tenía una santa paciencia, pero después el grupo creció, éramos una molestia y decidimos irnos a otro lugar. Recalamos en Lalín, ese club social de un grupo gallego que está en la calle Moreno.
–¿Cuándo empieza el camino que termina con la llegada de Alfonsín a la Casa Rosada?
–En los ’80; entre el ’81 y el ’82. El Movimiento de Renovación y Cambio ya había cobrado mucha fuerza y se hace convocante. Llegó un momento en que Alfonsín ganó las internas y asumió la presidencia del partido, proyectado como candidato de una apertura que a partir de Malvinas se vio venir como ine-vitable.
–¿En qué momento se dieron cuenta de que Alfonsín ganaba las elecciones?
–En esa época estaba muy instalada la idea de que no se le podía ganar en elecciones al peronismo. Había muchos radicales que eran escépticos, pero Alfonsín estaba seguro de que ganaba, percibía que tenía una receptividad popular muy grande, incluso donde el radicalismo no ha tenido penetración habitual.
–¿Qué tenía ese Alfonsín candidato que lo hacía llegar adonde otros radicales no habían llegado?
–Lo principal era que tenía razón. Además, interpretó cabalmente la necesidad social de aquel momento. Tenía razón en su propuesta hacia delante y en las cosas que condenaba hacia atrás y eso interpretaba el sentimiento del pueblo argentino. La sociedad estaba muy cansada de las mentiras y en eso la experiencia de Malvinas fue muy definitoria porque al pueblo se lo engañó. La dictadura fue de las peores de América latina en términos de eficacia y de gestión; eso también la gente lo sentía. La gente vio en Alfonsín al hombre que proclamaba la vuelta de la paz y la erradicación de la violencia como manera de dirimir nuestras diferencias, y al hombre que propugnaba el estado de derecho y que justicia quisiera decir algo en la Argentina; por eso aquello de “somos la vida, somos la paz”, que decía la juventud en la campaña.
–¿Qué recuerdo tiene del Alfonsinazo en Ferro?
–Primero fue el acto en Castro Barros, en la Federación de Box. Si bien fue más chico, hubo mucho fervor. Después vino Ferro y se vio que la puerta estaba abierta para ganar.
–¿Cómo vivió el acto de cierre de campaña en la 9 de Julio?
–Nunca más viví un acto como ése, con un millón de personas. Al principio, subimos con mi mujer al noveno piso de un edificio de un edificio sobre Carlos Pellegrini y después bajé y lo caminé. A mí me conmovió porque fue una característica de todos los actos de campaña, pero ahí fue masivo, venían las familias completas. La campaña fue alegre y los actos eran optimistas. No había temor ni un ambiente de agresión.
–¿Tuvieron algún miedo de que hubiera fraude?
–No de un fraude en escala. El gobierno militar era de palo y lo mejor que podía hacer era tratar de garantizar la transparencia.
–¿Qué se acuerda de la espera de los resultados?
–Que el teléfono sonaba todo el tiempo y atendía el que estaba cerca. En un momento, acababan de terminar los comicios, suena el teléfono y atiendo yo. Era Neustadt y me dice: “¿Ustedes saben que están ganando en la mayor parte de los lugares?”. Corté, fui y se lo dije a Alfonsín.
–¿Cómo vivió Alfonsín ese momento?
–Se lo veía tranquilo y preocupado al mismo tiempo; no estaba muy conversador, sino más bien callado.
–¿Cómo fue su primera charla a solas tras la victoria?
–Me acuerdo de dos momentos, pero no a solas, sino ya en el gobierno. Uno cuando Alfonsín transmitió que había que tener iniciativas lo más rápido posible que le dieran a la gente la convicción de que la paz y el estado de derecho no venían solos, sino también con solución para muchos problemas de la vida diaria de la gente. El otro, uno de los momentos más emocionantes para mí, fue la firma del decreto acuerdo, o sea firmado por todos los ministros, que enviaba a juicio a las juntas militares y a la cúpula guerrillera. Era la sensación de que estábamos protagonizando un acto simbólico de reparación histórica.
–¿Y cuál fue el momento de más emoción de la campaña?
–El discurso de cierre de Alfonsín en la 9 de Julio, con el Preámbulo que todos esperaban.
–¿Cuándo conoció a Alfonsín?
–En el ’70 o ’71. Yo no era afiliado radical; era independiente de centroizquierda de toda la vida, politizado pero no militante. Lo conocí a través de Jorge Roulet y de Antonio Napoli, quien después fue presidente del bloque radical del Senado, porque al recibirme me fui de médico rural a un pueblito perdido en la meseta patagónica y él era médico en el pueblo vecino. Napoli fue fundador de Renovación y Cambio en Río Negro. Alfonsín no tenía a nadie que conociera un poco el campo de la salud, yo venía con una trayectoria intensa y con cierto prestigio académico, y me invitó a trabajar con él. Me afilié un año y medio después de conocerlo.
–¿La democracia hoy es la que imaginaron con Alfonsín hace 25 años?
–En el campo político-institucional hemos avanzado bastante. Por lo pronto, el pueblo critica y tiene la peor de las opiniones sobre el sistema político, y en parte tiene razón, aunque hemos incorporado culturalmente que este sistema es malo pero cualquier otro es peor y que éste es el único camino que nos puede dar una convivencia civilizada. La economía en estos 25 años no despegó y en lo social hemos empeorado.

jueves, 30 de octubre de 2008

SIMPLEMENTE UN PEQUEÑO HOMENAJE PARA ESTE GRAN HOMBRE


Nos, los represen-
tantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constitu-
yente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina..

GRACIAS DR. RAUL ALFONSIN

lunes, 27 de octubre de 2008

HACE 25 AÑOS.....




El 27 de octubre de 1983 viví una de las experiencias más emocionantes que hoy quiero compartir.





Desde hacía unos años constituíamos la Comisión de Salud en el Comité Capital de la UCR. Éramos un grupo interdisciplinario de mujeres y hombres, provenientes de distintos ámbitos. Nos tocó asumir la responsabilidad del operativo sanitario del acto de clausura de la Campaña de la UCR en el Obelisco.

Lo coordinamos con la entonces Secretaría de Salud de lo que era la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.

Cuando al mediodía de ese jueves estábamos en la zona del obelisco revisando la ubicación de los puestos sanitarios y la distribución de sus responsables, tuvimos, quien escribe y el Dr. Knopof, en nuestra condición de Coordinadora y co-coordinador respectivamente de la Comisión de salud, que responder a la prensa sobre la concurrencia esperada.

Comenzamos diciendo 200.000, nuestra estimación de mínima y fuimos subiendo hasta 400.000 nuestra estimación de máxima.

Y nos parecía una enormidad!!

Alrededor de las seis de la tarde ya supimos que nuestras estimaciones iban a ser superadas, pero hasta momentos antes del inicio del acto no nos dimos cuenta de la magnitud de la fenomenal concurrencia.
Llegaban familias, grupos de jóvenes, mujeres y hombres solos o en pequenos grupos, personas que se sintieron convocadas y se acercaban.
La movilización de “aparatos” fue mínima, asistía la ciudadanía sola, espontánea y naturalmente.

Tanta fue la gente que en la esquina de Cerrito y Corrientes, donde teníamos una ambulancia de repente nos dimos cuenta que no podía circular. Era tal el aflujo de gente que casi no nos daba tiempo de reaccionar y correrlas al borde de la multitud.

El famoso “un médico por acá” que desde el palco Raúl Alfonsín solicitaba, fue para nosotros el mayor desvelo y no nos dejó gozar plenamente de esa fiesta de la democracia.

Ahora, 25 años después, valoramos el significado que ese acto tuvo en nuestra sociedad.

Se iniciaba una nueva era en Argentina, renacía la esperanza.
25 años después somos conscientes de su importancia y por eso todos y todas tenemos que cuidarla.

La democracia vino para quedarse, cuidémosla.

Y junto a eso, honremos a Raúl Alfonsín que lo hizo posible.



Gracias Raúl.


Mabel Bianco

miércoles, 22 de octubre de 2008

ALFONSIN - UN LIDER

NO NOS OLVIDEMOS QUE
FUIMOS, SOMOS Y SEREMOS
PROTAGONISTAS
EN LA VIDA
DEMOCRATICA Y POLITICA
ARGENTINA
Continuamos con nuestro recordatorio (segunda entrega)

Se agradece las imagenes a www.publicidadpolitica.com.ar










viernes, 17 de octubre de 2008

ASI COMENZARON ESTOS 25 AÑOS

EN OCTUBRE DE 1983

COMIENZA UNA NUEVA ETAPA

EN LA ARGENTINA




CON ESTO EMPEZAMOS LOS RADICALES A TRANSITARLA (primera entrega)






























































Se agradece algunas imagenes a www.publicidadpolitica.com.ar

domingo, 5 de octubre de 2008

LA PRESIDENTA Y EL MACHISMO

Diario "Crítica"
sábado 27 de septiembre de 2008

La Presidenta y el machismo
Mabel Bianco


La cultura imperante en nuestra sociedad valora en forma distinta a mujeres y hombres.
Los favorecidos son ellos, que son inteligentes, capaces, pueden ocupar todos los cargos políticos, en fin son los mejores.
Las mujeres vivimos inmersas en esta cultura, e incluso la perpetuamos muchas veces al educar a nuestros hijos e hijas. Somos prisioneras de esta cultura patriarcal y no todas pueden liberarse de ella.
Frases como la del secretario general de la CGT: "Con Néstor se habla mejor que con Cristina", cuando se refirió a la relación con la Presidenta, es francamente machista.
Tenemos que reconocer que estas críticas machistas a la Presidenta existen y son muchas. Pero frente a esto ¿qué hace ella?
Si bien se ha quejado por las críticas que por ser mujer le hacen, no ha dado muestras para que quienes no compartimos esa visión la defendamos.
Su gobierno no se caracteriza por adoptar políticas públicas para eliminar la desigualdad de las mujeres frente a los hombres. Una muestra de ello es el Consejo Nacional de la Mujer, que se ha desjerarquizado en el rango institucional y mucho más en el presupuesto, verdadero parámetro para evaluar las prioridades gubernamentales.
El consejo es un organismo prácticamente inexistente que no figura en los medios, ni en la vida real. Algunos podían ver en esto una virtud: "No merece críticas", el problema es que como no existe, ni críticas merece.
Digo esto con dolor, porque defiendo a nivel internacional y nacional la igualdad de las mujeres. ¿Cómo explicar en Naciones Unidas que, teniendo una Presidenta mujer, las políticas públicas para la lograr la igualdad de las mujeres no existen? Por eso deploro las críticas machistas, pero también reclamo políticas públicas para eliminar la desigualdad de las mujeres.

Moyano marcó diferencias en el matrimonio k. sus razones ocultas
"Era más fácil hablar con Néstor"
El jefe de la CGT sostiene que, tras el anuncio de arreglo con los bonistas, llegó el momento de saldar "la deuda social interna". Inflación, Ganancias y el caso Rucci, las principales discrepancias con el Gobierno.

27.09.2008

Juntos. Hugo Moyano es un aliado histórico de los Kirchner. Desde ese lugar privilegiado presiona por obtener mejoras.
"Era más fácil hablar con Néstor (Kirchner)", rezongó el jefe de la CGT, Hugo Moyano, para marcar las diferencias de trato entre el ex presidente y su sucesora y esposa, Cristina Fernández, con la central obrera.
La declaración del sindicalista, sumada a su demanda al Gobierno para que salde "la deuda interna" luego de los anuncios de pagos al Club de París y a los holdouts, pusieron al descubierto la renovada tirantez entre el Ejecutivo y la central obrera.
Esa tensión apunta a posicionar a la CGT en varios frentes de discusión hasta fin de año en temas clave, que involucran desde la política salarial, el impuesto a las Ganancias y la Ley de Riesgos de Trabajo, hasta el asesinato del sindicalista José Ignacio Rucci.Moyano dijo estar de acuerdo con el pago al Fondo Monetario, al Club de París y a los bonistas que quedaron afuera del canje, pero juzgó que ahora llegó el momento de "empezar a hablar del pago de la deuda interna, de la deuda social".
En esa línea, advirtió que los sindicatos tienen "autonomía" para negociar salarios en acuerdo con los sectores empresariales y agregó que "nadie puede negar que los precios aumentaron" a partir del conflicto con el campo.
El jefe de la CGT marcó sus diferencias con Cristina a la hora de negociar: "A veces era más fácil con Néstor, porque uno tenía más confianza, podía hablar con otro lenguaje. Con ella hay cosas que no digo que me ponga a discutir, pero algunos intercambios tenemos, eso es cierto", admitió.
Las diferencias entre la central obrera y el Gobierno pueden sintetizarse en algunos ejes:• Inflación: mientras Cristina acaba de hacer una enfática defensa del INDEC, para la CGT la única inflación válida "es la del supermercado". Los equipos técnicos de la organización traducen esa máxima en que el índice de precios no baja del 25% anual, y que para recuperar el poder adquisitivo los aumentos salariales no pueden ser inferiores a esa cifra.
La mayoría de los gremios que cerró sus paritarias a principios de año lo hizo en torno al 20%, y son los mismos que amenazaron con exigir la reapertura de las negociaciones. Entre ellos figuran los empleados de comercio, los encargados de edificios y los bancarios, además de los gremios que integran la opositora CGT Azul y Blanca, liderada por el gastronómico Luis Barrionuevo. Los mecánicos del SMATA pidieron 65% de aumento a las concesionarias.• Impuesto a las Ganancias: es el punto de mayor discordia.
El enojo de los sindicalistas es porque se mantuvo la polémica "tablita de Machinea". Y se agravó cuando verificaron que el proyecto de Presupuesto 2009 no incluía cambios en la tabla de deducciones. En una reunión reservada con el jefe de Gabinete, Sergio Massa, Moyano y la "mesa chica" de la CGT se lo reprocharon al funcionario.
Para zanjar las diferencias, se estudia un proyecto de ley orientado a reducir el peso del impuesto.
• Riesgos laborales: el Ministerio de Trabajo inició una ronda de consultas con la CGT, la Unión Industrial y la Unión de Aseguradoras (UART). Los sindicatos cuestionan que el Gobierno tenga previsto ponerle un cerrojo a la posibilidad de iniciar juicios civiles por los accidentes de trabajo. Otro punto de discordia es la propuesta de la cartera laboral de que la ANSES se haga cargo del pago de las indemnizaciones por accidentes ocurridos fuera del ámbito de trabajo (los denominados in itínere), cuando históricamente fueron las empresas las que asumieron esas contingencias.
• Caso Rucci: el pedido de desarchivar de la causa por el asesinato del líder metalúrgico es otro motivo de fricciones con el Gobierno. Mientras algunas investigaciones apuntan a la responsabilidad de la Triple A, otras, como el libro de reciente publicación Operación Traviata vuelcan la mirada hacia la organización Montoneros, en la que militaron funcionarios de la actual gestión.
Moyano exigió la reanudación de las investigaciones por considerar que se trató de un crimen de lesa humanidad, aunque esta semana el dirigente bajó el tono para reclamar "que se sepa quién fue".

viernes, 3 de octubre de 2008

UNA VEZ MAS ALFONSIN MUESTRA A LA CIUDADANIA Y A LA DIRIGENCIA POLITICA UNA LECCION DE CONVICCION DEMOCRATICA




Los y las invitamos a leer y compartir este documento con quienes defienden la democracia








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“De todos los honores y privilegios que la vida me ha dado, y en verdad han sido muchos, por cierto jamás hubiera imaginado acceder a éste que se me concede, el de presenciar la inauguración de un monumento de mi persona. No lo hubiera imaginado, no lo hubiera permitido. Del mismo modo, tal cual rechacé invitaciones anteriores, en la actual circunstancia, desde luego que no interpreto que se realiza un homenaje a mi persona, sino a la democracia que logramos los argentinos.

Siempre creí y así lo dije en tantas oportunidades que es la misión de los dirigentes y de los líderes plantear ideas y proyectos evitando la autoreferencialidad y el personalismo; orientar y abrir caminos, generar consensos, convocar al emprendimiento colectivo, sumar inteligencias y voluntades, asumir con responsabilidad la carga de las decisiones. "Sigan a ideas, no sigan a hombres", fue y es siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática.

En esta galería de presidentes, conviven aquellos que expresaron e interpretaron esa voluntad del pueblo de forjar un destino propio, con aquellos que fueron impuestos o se impusieron por la fuerza, como consecuencia de la frustración de aquellos anhelos. Si los contamos, todavía encontraremos seguramente más presidentes de facto que presidentes elegidos por el pueblo. Esto es lo que notablemente ha cambiado a partir de 1983; no hubo ni habrá aquí más presidentes de facto.

Son las certidumbres que debemos evocar y a las que debemos rendir homenaje en estos 25 años que estamos cumpliendo de joven pero incompleta democracia. La democracia que tenemos es nuestra casa común; el hábitat y las normas que nos deben permitir desarrollar nuestras vidas más plenamente como individuos y familias, como sociedad y como pueblo que aspira a ser una nación. Veinticinco años después, nos toca mejorarla, fortalecer sus capacidades transformadoras y dar contenido real a la igualdad de oportunidades asegurando y expandiendo nuestras libertades.

Democracia es vigencia de la libertad y los derechos pero también existencia de igualdad de oportunidades y distribución equitativa de la riqueza, los beneficios y las cargas sociales: tenemos libertad pero nos falta la igualdad. Tenemos una democracia real, tangible, pero coja e incompleta y, por lo tanto, insatisfactoria: es una democracia que no ha cumplido aún con algunos de sus principios fundamentales, que no ha construído aún un piso sólido que albergue e incluya a los desamparados y excluídos. Y no ha podido, tampoco aún, a través del tiempo y de distintos gobiernos construir puentes firmes que atraviesen la dramática fractura social provocada por la aplicación e imposición de modelos socioeconómicos insolidarios y políticas regresivas.

El 10 de diciembre de 1983, en mi primer mensaje ante el Congreso de la Nación como Presidente convoqué a todos los argentinos a una tarea común para constituir la unión nacional.

Para lograrlo era imprescindible luchar por un Estado independiente, que no podía subordinarse a poderes extranjeros, ni a grupos financieros internacio¬nales, ni a los privilegios locales. La propiedad privada cumplía un papel importante en el desarrollo de los pueblos, pero el Estado no podía ser propiedad privada de los sectores económicamente poderosos.

Era necesario buscar un consenso fundamental: la democracia aspira a la coexistencia de las diversas clases y sectores sociales, de las diversas ideologías y de diferentes concepciones de vida. Es pluralista, lo que presupone la aceptación de un sistema que deja cierto espacio a cada uno de los factores y hace posible así la renovación de los gobiernos, la renovación de los partidos y la transformación progresiva de la sociedad.
"La democracia es previsible, y esa previsibilidad indica la existencia de un orden mucho más profundo que aquel asentado sobre el miedo o el silencio de los ciudadanos.

"La previsibilidad de la democracia implica elaboración y diálogo que no excluirá, sin duda, tempestuosos debates y agrios enfrentamientos de coyuntura que nutrirán al estilo republicano triunfante ya en el país".
"La democracia no se establece sólo a través del sufragio ni vive solamente en los partidos políticos. Nuestro gobierno no se cansará de ofrecer gestos de reconciliación, indispensables desde el punto de vista ético e ineludibles cuando se trata de mirar hacia delante".

Sin la conciencia de la unión nacional, sostuvimos, será imposible la consolidación de la democracia; sin solidaridad, la democracia perderá sus verdaderos contenidos. Esta llama debe prender en el corazón de cada ciudada¬no, que debe sentirse llamado antes a los actos de amor que al ejercicio de los resentimientos.
Sabíamos que la tarea exigiría tiempo, esfuerzos, sacrificios, claridad de ideas y una gran energía encauzada por un preciso sentido de la prudencia y el equilibrio, pero teníamos una ventaja: la experiencia nos había enseñado que, cada vez que perdimos la democracia, la inmensa mayoría de los argentinos terminó perjudicándose.

También habíamos aprendido que los que estimulan la impaciencia para proponer la intolerancia y la violencia como remedios terminan favoreciendo los intereses del privilegio. Aprendimos que cuando el pueblo no decide sobre el gobierno, la nación y el pueblo quedan desguarnecidos frente a los intereses de adentro y de afuera.

Habíamos aprendido que existían fuerzas poderosas que no querían la democracia en la Argentina. Sabíamos que la reivindicación del gobierno del pueblo, de los derechos del pueblo para elegir y controlar el gobierno de acuerdo con los principios de la Constitución, planteaba una lucha por el poder en la que no podíamos ni debíamos bajar los brazos, una lucha que teníamos que librar y en la que teníamos que triunfar.

En este planteo puede destacarse también el lugar central que tiene la cuestión de la transformación de nuestra cultura política; aquello que suele llamarse la "dimensión subjetiva" de la democracia. Y sabemos que el esfuerzo por crear bases estables y predisposiciones arraigadas para la convivencia democrática pasa necesariamente por superar las deformaciones asentadas en la mentalidad colectiva de nuestro país como herencia de un pasado signado por la frustración y el autoritarismo.

En efecto: la intolerancia, la violencia, el maniqueísmo, la compartimentación de la sociedad, la concepción del orden como imposición y del conflicto como perturbación antinatural del orden, la indisponibilidad para el diálogo, la negociación, el acuerdo o el compromiso, han sido maneras de ser y de pensar que echaron raíces a lo largo de generaciones en nuestra historia. Y que por cierto, constituyen todavía hoy una de las principales rémoras y déficit con las que carga nuestra democracia.

Está convicción viene acompañada de una invitación y un deseo esperanzado. Propongo que todos lo intentemos, con la cabeza y el corazón en el presente y la mirada hacia el futuro. Porque los argentinos hemos vivido demasiado tiempo discutiendo para atrás. En política esto tuvo una expresión trágica durante décadas: la única forma que tenía la oposición para llegar al gobierno, era que le fuera mal al de turno, sin advertir que al dificultar la gestión a quien se derrotaba era a la Nación.

Hoy todavía hay rastros de ese canibalismo político que ha teñido la práctica política. La política implica diferencias, existencia de adversarios políticos, esto es totalmente cierto. Pero la política no es solamente conflicto, también es construcción. Y la democracia necesita más especialistas en el arte de la asociación política. Los partidos políticos son excelentes mediadores entre la sociedad, los intereses sectoriales y el Estado y desde esa perspectiva hemos señalado que lo que más nos preocupa es el debilitamiento de los partidos políticos y la dificultad para construir un sistema de partidos moderno que permita sostener consensos básicos. No será posible resistir la cantidad de presiones que estamos sufriendo y sufriremos, si no hay una generalizada voluntad nacional al servicio de lo que debieran ser las más importantes políticas de Estado expresada en la existencia de partidos políticos claros y distintos, renovados y fuertes, representativos de las corrientes de opinión que se expresan en nuestra sociedad.

Y a propósito de bustos, estatuas e íconos, y del sentido que le damos a estas evocaciones del pasado, siempre recuerdo la historia de "La Estatua de Sal", aquel pasaje de la Biblia en la que un ángel le advierte a Lot: "¡Sálvate! ¡No mires hacia atrás ni te detengas! ¡En ello te va la vida!." Su mujer quiere ver el exterminio de Sodoma. Mira hacia atrás y queda convertida en una estatua de sal.

Sin embargo, hay también otro riesgo. Están aquellos que no miran hacia atrás pero tampoco lo hacen hacia ningún lado. Los que ni siquiera tienen pensamiento propio. Erich Fromm, en su libro "¿Podrá sobrevivir el hombre?", lo define como el pensar inauténtico, de autómata, de aquel que cree que algo es verdad no porque haya llegado a esa convicción por el propio pensar, basado en observaciones o experiencias, sino porque se lo han sido "sugerido", porque le ha sido propuesto "...por fuentes que llevan consigo el peso de las autoridad, en una u otra forma.", modas y olas pasajeras, distintas formas de "pensamiento único".

Otro gran pensador que hemos seguido, Norberto Bobbio, escribió en su libro De Senectute: "somos también lo que elegimos recordar". Toda mi actividad política buscó fortalecer la autonomía de las instituciones democráticas y fortalecer le gobierno de la ley, para que la ley y el Estado de Derecho estuvieran separados de cualquier personalismo. Nuestro país tuvo un talón de Aquiles: no podíamos garantizar la alternancia democrática del gobierno. El objetivo de toda mi vida ha sido que los hombres y mujeres que habitamos este suelo podamos vivir, amar, trabajar y morir en democracia. Para ello era y es necesario que además de instituciones democráticas haya sujetos democráticos, porque sólo así pueden sobrevivir a sus gobernantes.

Y lo bueno de las instituciones democráticas es que no necesitan efigies que las presidan, ni estatuas que les den su investidura. Pero si en algún rincón de sus edificios públicos es posible evocar a aquellos hombres y mujeres que las han presidido o que contribuyeron a defenderlas y ponerlas en movimiento al servicio de la sociedad, bienvenido sea."