jueves, 18 de septiembre de 2008

LA JUSTICIA RECHAZO PEDIDO DE ABORTO PARA UNA NENA VIOLADA

Crítica
Nota de tapa
Edición Impresa
17/09/2008

SERA JUSTICIA

Una chica de 12 años fue violada por su padrastro.
Un Juez de Mendoza se negó a interrumpir el embarazo



Con comentario de la Dra. Mabel Bianco al pie de la nota

El 31 de agosto pasado, una niña de 12 años llegó al hospital pediátrico Humberto Notti, en la provincia de Mendoza, acompañada por su madre.-A mi hija la violaron, está embarazada y no lo quiere tener -dijo la mujer, llamada Delicia.
Lo que sigue a esta escena es una historia larga con final corto: la niña, ahora se sabe, deberá parir. En el día de ayer el magistrado Germán Ferrer, titular del Juzgado de Familia Nº 1 de Mendoza, se expidió en contra de la interrupción del embarazo -que ya lleva casi diez semanas- y con ese fallo dio lugar al eslabón polémico y final de una trama difícil.
Detrás de esta niña y su preñez temprana hay maltrato físico, abuso sexual, pobreza, algo llamado "bioética", un Código Penal con más interpretaciones que la Biblia y una infancia rota. "No quería que mi hija fuera madre a los 12 años", dijo Delicia con palabras contadas, en entrevista exclusiva con Crítica de la Argentina.
Y todo lo que no dijo Delicia está en la historia de su hija, que tiene final corto pero es larga.La niña -de quien no puede darse el nombre- fue violada en el mes de julio por -luego se sabría- su padrastro. En ese momento guardó silencio, hasta que sesenta días después, al no llegar la menstruación, Delicia llevó a su hija a un médico y allí se enteró de dos cosas: que la niña estaba embarazada y que ese embarazo era producto de un abuso.
De inmediato, el 31 de agosto pasado, Delicia llevó a su hija al hospital Humberto Notti y los médicos, en vez de practicarle un aborto, derivaron el caso a la Justicia: una decisión que abrió, con la lógica de un "efecto cascada", una infinidad de polémicas que se desprenden de un debate mayor. Para muchas organizaciones civiles e incluso estatales -entre ellas el INADI- el caso de la niña da lugar a la figura del "aborto no punible" y eso significa que no habría que dar parte a la Justicia, sino practicar la interrupción del embarazo sin más trámite.
Pero el Estado, que terminó de hablar ayer a través del juez Ferrer, establece que este caso no amerita contemplaciones semejantes.¿Por qué existen criterios tan distintos? El origen de la controversia está en el artículo 86 del Código Penal, cuyos incisos 1º y 2º establecen que el llamado "aborto no punible" vale "si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios" (inciso 1º) o "si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente" (inciso 2º). La zona gris se da con este segundo inciso, ya que no hay un acuerdo generalizado en torno a sus alcances.
() El aborto no punible "sin coma" no incluye en sus alcances a una niña de 12 años sin problemas mentales. Con coma, sí.
Para decirlo con simpleza, los médicos del hospital Notti hicieron una lectura "sin coma" y derivaron la causa al juez Germán Ferrer. El magistrado, a su vez, abrió una segunda polémica, cuando estableció que, mientras él analizara el caso de la niña, la menor debía quedar encerrada en el hospital y apartada de su madre, a quien Ferrer consideraba perjudicial por influenciar a su hija a favor de practicarse un aborto. "Dejaron a la niña privada de su libertad y sin poder ver a su mamá durante tres semanas; la situación fue tan insostenible que el juez tuvo que levantar la orden", se indigna Patricia González, abogada de Las Juanas y las otras, una ONG que se acercó a Delicia cuando supo del caso. "El juez entiende que los intereses de la niña son prácticamente contrarios a los de su mamá, una medida que cohibirá a muchas mujeres de denunciar abusos contra sus hijas".
Por su parte, en la conferencia de prensa dada ayer, el juez Ferrer justificó el aislamiento de la niña argumentando que "la internación hospitalaria era el mejor recurso para aislar a la víctima del abusador". Una explicación que suena endeble, si se tiene en cuenta que la niña, en el hospital, sufrió una visita violenta. Y no vino de su familia.El miércoles 3 de septiembre, dos mujeres pertenecientes a una organización pro vida (es decir, antiabortista) irrumpieron en su cuarto y abrumaron a la niña con una infinidad de fotos que mostraban fetos abortados, desmembrados, rotos. "¿Cómo puede ser que quieras matar a un inocente?", le habrían dicho. Además, según denuncia Patricia González -quien fue temporariamente abogada de Delicia-, le habrían ofrecido dinero a la familia, a cambio de que aceptara seguir con el embarazo.

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Una decisión previsible (Diario Crítica 17/09 - pag. 2)

Mabel Bianco
Médica y presidenta de fundación Estudio e Investigación de la Mujer

El juez Germán Ferrer entiende que continuar el embarazo y ser madre de un bebé resultado de una violación, que además comprometerá el futuro de esa niña, es "el mal menor". Es difícil compartir esta decisión, porque supone que la violación no produjo daño y, además, que continuar el embarazo producto de una violación es algo que no altera demasiado a una niña. Pero era previsible. El juez no dio lugar a otras opiniones medicas y privilegió esperar la del tribunal de bioética del hospital que integra un sacerdote. Mientras, mantuvo a la niña en el hospital, quitándole la guarda a la mamá, dándosela a la abuela e impidiendo que la niña vea a su madre. También dejó tranquilo al presunto violador, que hasta que nazca el bebé no podrá cotejar el ADN. Pobre niña, éste es otro castigo por ser pobre.

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